Las excavaciones arqueológicas en el patio frontal la Pirámide con Rampa 13, revelaron evidencias de un evento de quema de fardos funerarios prehispánicos, intencionalmente destruidos en los inicios de la colonia.
En 2014 en la esquina noroeste del patio principal de la PCR 13, fueron hallados los restos de una gran hoguera en la cual se habían incinerado cuerpos humanos y abundante material cultural. Se trataba de un depósito secundario, seguido de un episodio de destrucción y quema de fardos funerarios. El año 2016 retomamos las excavaciones con la técnica de “decapado”, metodología desarrollada por la escuela prehistórica francesa, utilizada en contextos con alta concentración de materiales, a fin de lograr un registro detallado de las evidencias culturales y la reconstrucción espacial de las áreas de actividad humana.
El estudio de los materiales permitió conocer los artefactos y ecofactos que se asociaron a los individuos como parte de sus ajuares funerarios. El material óseo humano fue el más representado; el análisis bioantropológico estuvo orientado a determinar el perfil biológico de los restos.
Si bien el alcance del análisis estuvo determinado por las condiciones de integridad y conservación de las muestras, este contexto es la evidencia de un evento en el que 82 esqueletos humanos prehispánicos de diferentes edades y sexo, previamente enterrados, fueron despojados de parte de su ajuar funerario y concentrados en tres núcleos para ser quemados a altas temperaturas. Este acto de quema, sugiere la clara intención de destrucción de contextos sagrados prehispánicos, para erradicar el culto a los ancestros en Pachacamac.
Este hallazgo podría constituir la evidencia de un proceso de quema de mallquis y de objetos asociados a cultos prehispánicos, considerados paganos, prohibidos y combatidos activamente por la Iglesia Católica y sus agentes desde la temprana colonia.