La conservación preventiva está compuesta por todas aquellas acciones que se toman alrededor de las piezas sin intervenirlas. Es decir, consiste principalmente en el control de las condiciones medioambientales y temas externos a las piezas como por ejemplo su embalaje, evitando así intervenciones directas sobre el material.
La principal función de la conservación preventiva es la de maximizar las posibilidades de supervivencia de las piezas sin llegar a la necesidad de intervenirlas – de esa manera reduciendo riesgos de daño directo y al mismo tiempo aminorando costos de conservación.
La conservación preventiva es un trabajo multidisciplinario que requiere el conocimiento del clima (humedad y temperatura), conocimientos de física, química, biología, arqueología, conservación, entre otros. La limpieza de las distintas áreas y su monitoreo son las claves de la conservación preventiva.
Nuestra especialista en conservación monitorea tanto semanal como mensualmente las condiciones ambientales de nuestros nuevos depósitos y salas del museo, aplicando así diversas estrategias de control para minimizar la necesidad de llevar a cabo intervenciones curativas de emergencia.
A nivel de los bienes inmuebles, el Museo de sitio Pachacamac realiza el monitoreo de las edificaciones ya sea a través de la supervisión y evaluación de campo así como también mediante el uso de equipos de monitoreo de la humedad, la temperatura y los vientos mediante dos estaciones meteorológicas. Personal del Museo lleva el control diario de las condiciones naturales de la zona y les permite prever acciones para la conservación de los edificios.